domingo, 22 de enero de 2012

AMOR EN EL CINE ADOLESCENTE DE LOS 80: LAS MENTIRAS QUE NUNCA DEBIÓ CREER (Review de "No Puedes Comprar Mi Amor")





Lo sabemos todos: hay películas que marcan y películas que no lo hacen. Unas tienen éxito, y otras no. Algunas dicen mentiras y otras dicen verdades...


En los 80, el género de la comedia adolescente vivió su particular edad dorada gracias a gente como John Hughes (Los Cinco, Todo En Un Día), y me imagino que fue entonces cuando se crearon y asentaron muchos de los tópicos que perdudarían hasta hoy en este tipo de cine. Y digo “me imagino” porque no soy un experto ni pretendo serlo, ni pienso hacer un tratado de erudición sobre él; sino simplemente, desgranar un poco varias de sus películas, explicar por qué me gustan tanto, y qué es lo que más me llama la atención de ellas.


Dicho esto, la primera que vamos a reseñar, “No puedes comprar mi amor” (Can´t Buy Me Love”, 1987) es una de las más exitosas, y gozó de una gran popularidad entre la chabalería de entonces. En ella, el hoy afamado y sex symbol Patrick Dempsey, de Anatomia de Grey, interpreta a un flacucho y no muy atractivo nerd en su primer año de instituto, llamado Ronald Miller, que decide dar un cambio a su aburrida existencia en lo más bajo de la escala social. Está enamorado de la rubia y guapa jefa de animadoras, Cindy Mancini (Amanda Peterson) que por supuesto no le hace ni puto caso.





ARGUMENTO MÁS PORMENORIZADO SI PULSAIS EL BOTÓN DE SPOILER






La vida de Ronald, hasta entonces, se ha reducido a trabajar para pagarse un telescopio, reunirse los sábados con sus amigos “cutres” para jugar a las cartas, y tratar de que en el instituto no se rían demasiado de él. Ni siquiera su hermano pequeño le respeta y en los partidos de baloncesto, él y sus amigos se tienen que sentar en la grada de los visitantes, por no hablar de que si se les ocurre pasar por la zona del “grupazo” (o sea, los molones, deportistas y animadoras) o comer en alguna de sus mesas, igual les calzan una hostia. Es el típico que todas las madres quieren como yerno pero ninguna adolescente como novio.


Pero todo cambia cuando la rubia jefa de animadoras Cindy, según el hermano de Ronald, “la chica más guapa que ha habido nunca en el condado” (pfffff), decide desobedecer a su madre y se le toma “prestado” sin permiso un carísimo vestido de cuero blanco para una fiesta. En esa fiesta tiene la mala suerte de que uno de los trogloditas jugadores de rugby le derrama un vaso de vino por encima, y lo deja tan estropeado que la única solución pasa por comprar uno nuevo.




Pero ella no tiene los 1.000 dólares que cuesta, por lo que intenta convencer al dueño de la tienda de mil maneras de que e de alguna facilidad de pago, y ya, cuando imagino estaba a punto de prometerle una mamada -que es como se habría solucionado todo en la vida real, seguramente-, aparece Ronald por allí y le propone un singular trato: él le ofrece la ayuda económica que necesita, y ella a cambio, accede a hacerse pasar por su novia durante un tiempo para intentar ser popular en el instituto. Después simularían la ruptura y todos contentos: ella gana un vestido, y él podría entrar en el “grupazo” de los que molan, asegurándose mujeres, fiestas y diversión hasta el día de la graduación. Ella está tan desesperada que, en vez de contestarle con un rodillazo en los huevos, accede al pacto.


Tras varias vicisitudes -para no alagar mucho- Ronald consigue su propósito y pasar a ser Ronnie, un chulo que mola mucho. El “problema” es que Cindy se va poco a poco enamorando de él, y Ronnie ni siquiera lo capta, de atontado que está en sus deseos de que el plan siga su curso. Cuando “rompen”, como habían pactado, ante todo el instituto (pero con Ronnie sobreactuando y dejándo a Cindy en completo ridículo), Ronnie recoge los frutos de su nueva fama y empieza a pasárselo como nunca. Las amigas de Cindy incluso se disputan a un tío como él, que si es capaz de tratar a Cindy con tanto desprecio, es sin duda el hombre que quieren para ellas (sí, yo también necesito que alguien me lo explique, pero éste es sin duda un pequeño pero inadvertido zambombazo de realidad entre tanta tontería, en el que ya ahondaré más tarde).


En fín, que Ronnie traiciona a sus viejos amigos, trata a Cindy fatal -aún cuando ella intenta volver a acercarse a él-, y en una fiesta lo delata delante de todos. Él, en vez de hacer creer a todos que está resentida por haberla dejado, se queda sin saber qué decir y la élite social deja de hablarle de nuevo.


Se ve solo, sin sus viejos amigos y sin los que no lo eran de verdad; las mujeres que poco antes se rifaban follárselo ya ni le miran y, en fin, está más repudiado que nunca.


Pero el chico aprende de sus errores, y cuando se acaba enfrentando a un miembro del “grupazo” al que hasta hace pocos días pertenecía, para defender a otro de sus ex-amigos nerd con el que se estaba metiendo, Ronald les da a todos tal lección sobre la amistad y lo estúpido de los grupos sociales que los dividen, que todos acaban dándose besitos y abrazos.


Por supuesto, Cindy acaba dándose cuenta de que Ronnie debe ser valorado por cómo es como persona, al margen de que sea un nerd, y ambos se funden en un beso sobre la cortadora de césped de su -ahora sí-, novio real,ç que avanza cabalgando hacia el horizonte...

-----------------------






Y fin. Espero que no haya sido demasiado largo, he intentado resumir en lo posible, pero recomiendo tomar un rato en leerlo aunque la hayáis visto, por ponerse en situación.


Bien, yo vi esta película cuando iba a sexto o séptimo de EGB, una edad muy influenciable y en la que aún estamos, por así decirlo, “aspirando” nuestra personalidad. Estamos recogiendo los condicionantes que nos hacen como somos después, ya que en la infancia y adolescencia, todo lo que vivamos, sintamos, veamos u oigamos es muy importante. Como este cine estaba muy en boga, me pregunté si yo también tendría taquilla propia, ceremonia de graduación, y pensaba que todo sería maravilloso en los años venideros, e intensamente dramático (en el buen sentido,lo cuál es medianamente cierto ya que en la adolescencia, como dicen que pasa en la casa de Gran Hermano, todo se magnifica...).


Pero esta película también me hizo creerme una de las mayores patrañas que pudo jamás inventar el cine, y que, como ya he señalado más arriba, aparece al final de la película reflejada en toda su desfachatez: “Lo que importa es el interior”.


Y además, no solo eso, sino que nos insinúa que esa es la llave para encontrar el amor.


Podías ser, por tanto, el mayor perdedor del mundo, que si eres honesto, leal y sincero, al final la chica guapa se enamorará de ti...


Y eso, para un gordito empollón y acomplejado que se identificaba totalmente con el protagonista, era un colchón demasiado mullido como para no acomodarse.





Si esto es vestir bien en los 80, ahora entenderéis el título del blog.






Han pasado muchos años desde que la vi por primera vez y mis relaciones sentimentales han sido varias e intensas (tampoco demasiadas, porque nunca fui un ligón). He salido con tías buenas que no resultaron buenas tías, con chicas majas a las que desprecié por no ser demasiado atractivas (lo cuál me demostró que yo también podía ser superficial y terriblemente cínico, porque les vendía las mismas mentiras o salidas fáciles que a mí tanto me habían dolido en el pasado: “Te quiero como amiga”; “Es que no quiero salir con nadie”; “Eres una persona de puta madre, y te mereces a alguien mejor”... como si a uno cuando dice estas cosas realmente le importase la felicidad de esa persona. Lo que queremos es escurrir el bulto y quedar bien, básicamente).


Y ahora, hablo desde la serenidad que te otorga haber encontrado a la mujer de tu vida y ser tremendamente feliz con ella, desde la distancia temporal que ha curado (o medio curado) antiguas heridas, para decir que... Y UNA MIERDA, LO QUE IMPORTA ES EL INTERIOR Y UNA MIERDA.


Y menos en la adolescencia... Vamos a ser francos: en términos de amor, a esa edad, lo que más nos preocupa es el físico, sobre todo y ante todo; y en la edad adulta, que la otra persona, además de atraernos físicamente (aunque el físico deja de ser tan primordial), nos trate un poco mejor de lo que nos han tratado y sea buena persona. Con eso el hombre suele conformarse; y en el caso de las mujeres hacia nosotros, que tenga la suficiente formalidad e independencia como para poder formar una familia.


Claro que el interior es importante, y más, como digo, cuando van pasando los años y las personas van perdiendo su atractivo de juventud, por lo que ya no le queda más remedio que exigir menos (además de que, como digo, pasan a ser más importantes otros factores que no excluyen en ningún modo la atracción física, siempre necesaria e imprescindible); pero ese rollo de que si eres alguien sin trabajo, dinero, o con alguna tara física importante, va a bastarte con tu bella forma de ser para poder ligarte a la más guapa del pueblo, pues como que Y UNOS COJONES, amigos.


Yo por suerte no tardé mucho tiempo en darme cuenta de todo esto. Me pasé un par de años pensando que el mejor método para conquistar a una mujer es ser idiota, o mejor dicho, que mientras seas buena persona, da igual que seas idiota... Pero hombre, llegar hasta los 14 años aún creyéndose lo que te han vendido las películas, denotaría desde luego un problema de madurez o desorden psicológico de algún tipo (o directamente, que eres gilipollas). Por eso, como me di cuenta, me apunté a un gimnasio, perdí kilos y bueno... seguí sin ligar jajajajja.


No, la verdad es que como digo, por más que me hubiera dedicado a cuidar y sacar lustre a mi personalidad, dudo que hubiera podido tener como novia a cierto pivón allá por los 19 años (la única tía buena con que he salido, no piensen que ahora me voy a poner a fardar y fantasmear), sin un físico cuidado y dieta. Es más, esa mujer me demostró que el camino de la excesiva honestidad y nobleza no siempre es la mejor forma de llegar al corazón de una persona... a juzgar por lo pronto que se aburrió de mí. Y ahora que fue por ser demasiado bueno.


Pero a pesar de todo esto, a pesar de cerciorarme pronto de que ese mensaje de esta y otras películas olía a chamusquina, me costó mucho tiempo que mi subconsciente se limpiara de los estereotipos que este tipo de cine me había inculcado. Realmente nunca lo ha hecho... por eso supongo que seguí siendo buena gente, y así me llevé las hostias que me llevé. A ello seguramente contribuyó que en mi vida se cruzó la literatura trágica del siglo XIX, que aderezó mi personalidad con el tormento necesario para que mi idealismo romántico fuera casi de manual. Y aunque yo ya ví y comprobé que, extrañamente, cuanto más pasaba de una mujer y le hacía ver que no me importaba, más se sentía atraída hacia mí, tenía y tengo bien claro que, si tengo que jugar a ser un tío duro para poder mantener a una tía a mi lado, no quiero a una mujer así cerca.


Claro, que así me llevé las hostias emocionales que me llevé, por tener fé en que todo debía ser distinto con ella. Con ellas.


Pero es que lo cojonudo es que esto también se avisa en la película... se deja caer a modo cómico cierta gran verdad en medio de una gran mentira; porque si bien ser tú mismo no te garantiza el éxito, como intentan transmitirnos, ser un cabrón sin escrúpulos, sí que ayuda, y mucho.





Quien te diga que no se vende, es porque no le has ofrecido lo suficiente.




Porque mirad qué pronto, la manera en que Ronald se aprovecha de la desgracia de Cindy para acercarse a ella le trae buenos resultados, y sobre todo, mirad cómo al empezar a tratarla delante de todos como a una puta mierda, automáticamente hay mujeres que se sienten atraídas por él...


Porque es cierto, amigos. Dejando al margen la exageración de la película, hay personas (tanto hombres como mujeres), que se sienten atraídas o fascinadas por el olor a problemas, y desaparece esa carga erótica cuando los objetivos de sus sueños, esas personas canallas o problemáticas tan idealizadas por esta lógica ilógica del corazón, se muestran más sensibles o enamoradizas de lo que parecían. Quizá para este tipo de gente, simplemente suponga un desafío intentar enamorar o domesticar a alguien inalcanzable y deseado por los demás, y cuando deja de ser inalcanzable o consiguen cambiar a esa persona, pierden el interés. Igual que un niño que desea con fuerza un juguete, y cuando lo tiene y juega un rato, se aburre de él. 


Creo que hay gente para la que sufrir (todo dentro de unos límites, claro), es divertido, o al menos hace la vida menos aburrida, aunque pocas veces lo reconocerán, tanto a los demás como a sí mismos.


Y eso es lo que le pasa a las dos amigas de Cindy, que beben vientos y mojan bragas por Ronnie cuando éste abandona y desprecia a la animadora del modo en que lo hace... ¡ No son estúpidas, son reales! ¡Los personajes más reales de toda la película!


En fin, que para acabar, decir que películas como esta pueden hacer mucho, mucho daño; si no se consumen con prudencia, y son más peligrosas de lo que parecen... Pero la recomiendo; la recomiendo encarecidamente ahora que ya somos todos mayorcitos, y puede hacernos pasar un rato delicioso, bien sea porque la encontremos ingenua, bien porque la vida nos haya enseñado a mirar esta clase de productos que antaño tanto admirábamos, con la suficiencia del que se sabe poseedor de verdades distintas a las que nos intenta vender. O porque nos trae recuerdos simplemente, qué coño...


Aunque a mí, después de todo, la honestidad y sensibilidad que en un principio, muy de joven, pudieron ser solo una pose para intentar gustar -pero que al final se hicieron un hueco en mi carácter, aunque ya he dicho que ni muchos menos soy perfecto, y puedo llegar a ser tan rastrero como cualquiera-, al final me han servido para encontrar a alguien que creía ya solo existente en mis sueños... :)


Porque una de las cosas más tristes que puede pasaros con el tiempo, y haceros sentir como auténticos desgraciados y "cutres", es que el mundo os haga arrepentiros de ser buenos... mi consejo es que nunca dejéis que esto pase, aunque por dentro el odio y la rabia os coman el alma. Simplemente aprended a cubriros las espaldas (nada que no sepa quien ya haga llegado a cierta edad), porque tanto o más asco os daréis a vosotros mismos si tratáis de compensar vuestro anterior exceso de honradez con un exceso de hijoputismo. Eso no sois vosotros.


Todo esto va para los que fueron alguna vez -al menos alguna vez-,  pringis como yo, claro, y hayan sufrido en sus carnes las "recompensas" que la vida suele reservar a los que son demasiado buenos. La mayoría de gente consigue encontrar el equilibrio desde edad más o menos temprana, desde la más tierna infancia, lo cuál les ahorra bastantes problemas de todo tipo.


Y ahora, espero que os pongáis la película y la veáis con los mismos entrañables ojos con que la veo yo.


EDITO: Creo que se me olvidó decir que hace no muchos años se hizo un remake, interpretado por actores de color, en donde podemos ver a la exhuberante Christina Millian como protagonista femenina. Está bastante bien, y la historia es la misma. Se llama "El Amor No Cuesta Nada" (Love Don´t cost A Thing).








5 comentarios:

  1. Perdón Fran y Quique por haberme cargado vuestro comentario. Un saludo!

    ResponderEliminar
  2. Pero tío!! Que ha sido sin querer? O había alg´n contenido inapropiado! Dímelo, si es así, ya que es tu casa, y las normas las pones tú! Eso es así!

    ResponderEliminar
  3. Que no tios, que me puse a juguetear con no se qué herramientas de edición y borré tu comentario y mi respuesta. No había nada inapropiado, si no, no lo hubiera publicado :)


    A ver si ahora voy a perder a mis únicos comentaristas jajaja (por cierto, que alguno vuestro sí que es verdad que no ha llegado, parece ser, con respecto a que me preguntasteis sobre ello hace unos días).

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Me gusta encontrar gente que se explica bien. Luego lees el periodico y solo piensas en utilizarlo para limpiarte el culo

    ResponderEliminar
  5. A mi me ocurre igual empiezo mil cosas y no termino ni la mitad.
    Es bueno leer cosas interesantes explicadas con ganas de que la gente sepa lo que quieres transmitir, no como a lo que estoy borracho de ver. Que es la gente utilizando tecnicismos absurdos que no encajan con la descripcion y enturbian el objetivo, que deberia ser transmitir ampliamente lo que explicas.
    Ya se que esto no tiene puta ke ver con el blog, pero buscando una cosa he dado accidentalmente con tu pagina y me mola que exista gente que diga muchas cosas que yo continuamente intento decir, pero me veo muy limitado por la inconprension de mi entorno. Bueno un saludo.

    ResponderEliminar