domingo, 22 de enero de 2012

AMOR EN EL CINE ADOLESCENTE DE LOS 80: LAS MENTIRAS QUE NUNCA DEBIÓ CREER (Review de "No Puedes Comprar Mi Amor")





Lo sabemos todos: hay películas que marcan y películas que no lo hacen. Unas tienen éxito, y otras no. Algunas dicen mentiras y otras dicen verdades...


En los 80, el género de la comedia adolescente vivió su particular edad dorada gracias a gente como John Hughes (Los Cinco, Todo En Un Día), y me imagino que fue entonces cuando se crearon y asentaron muchos de los tópicos que perdudarían hasta hoy en este tipo de cine. Y digo “me imagino” porque no soy un experto ni pretendo serlo, ni pienso hacer un tratado de erudición sobre él; sino simplemente, desgranar un poco varias de sus películas, explicar por qué me gustan tanto, y qué es lo que más me llama la atención de ellas.


Dicho esto, la primera que vamos a reseñar, “No puedes comprar mi amor” (Can´t Buy Me Love”, 1987) es una de las más exitosas, y gozó de una gran popularidad entre la chabalería de entonces. En ella, el hoy afamado y sex symbol Patrick Dempsey, de Anatomia de Grey, interpreta a un flacucho y no muy atractivo nerd en su primer año de instituto, llamado Ronald Miller, que decide dar un cambio a su aburrida existencia en lo más bajo de la escala social. Está enamorado de la rubia y guapa jefa de animadoras, Cindy Mancini (Amanda Peterson) que por supuesto no le hace ni puto caso.





ARGUMENTO MÁS PORMENORIZADO SI PULSAIS EL BOTÓN DE SPOILER






La vida de Ronald, hasta entonces, se ha reducido a trabajar para pagarse un telescopio, reunirse los sábados con sus amigos “cutres” para jugar a las cartas, y tratar de que en el instituto no se rían demasiado de él. Ni siquiera su hermano pequeño le respeta y en los partidos de baloncesto, él y sus amigos se tienen que sentar en la grada de los visitantes, por no hablar de que si se les ocurre pasar por la zona del “grupazo” (o sea, los molones, deportistas y animadoras) o comer en alguna de sus mesas, igual les calzan una hostia. Es el típico que todas las madres quieren como yerno pero ninguna adolescente como novio.


Pero todo cambia cuando la rubia jefa de animadoras Cindy, según el hermano de Ronald, “la chica más guapa que ha habido nunca en el condado” (pfffff), decide desobedecer a su madre y se le toma “prestado” sin permiso un carísimo vestido de cuero blanco para una fiesta. En esa fiesta tiene la mala suerte de que uno de los trogloditas jugadores de rugby le derrama un vaso de vino por encima, y lo deja tan estropeado que la única solución pasa por comprar uno nuevo.




Pero ella no tiene los 1.000 dólares que cuesta, por lo que intenta convencer al dueño de la tienda de mil maneras de que e de alguna facilidad de pago, y ya, cuando imagino estaba a punto de prometerle una mamada -que es como se habría solucionado todo en la vida real, seguramente-, aparece Ronald por allí y le propone un singular trato: él le ofrece la ayuda económica que necesita, y ella a cambio, accede a hacerse pasar por su novia durante un tiempo para intentar ser popular en el instituto. Después simularían la ruptura y todos contentos: ella gana un vestido, y él podría entrar en el “grupazo” de los que molan, asegurándose mujeres, fiestas y diversión hasta el día de la graduación. Ella está tan desesperada que, en vez de contestarle con un rodillazo en los huevos, accede al pacto.


Tras varias vicisitudes -para no alagar mucho- Ronald consigue su propósito y pasar a ser Ronnie, un chulo que mola mucho. El “problema” es que Cindy se va poco a poco enamorando de él, y Ronnie ni siquiera lo capta, de atontado que está en sus deseos de que el plan siga su curso. Cuando “rompen”, como habían pactado, ante todo el instituto (pero con Ronnie sobreactuando y dejándo a Cindy en completo ridículo), Ronnie recoge los frutos de su nueva fama y empieza a pasárselo como nunca. Las amigas de Cindy incluso se disputan a un tío como él, que si es capaz de tratar a Cindy con tanto desprecio, es sin duda el hombre que quieren para ellas (sí, yo también necesito que alguien me lo explique, pero éste es sin duda un pequeño pero inadvertido zambombazo de realidad entre tanta tontería, en el que ya ahondaré más tarde).


En fín, que Ronnie traiciona a sus viejos amigos, trata a Cindy fatal -aún cuando ella intenta volver a acercarse a él-, y en una fiesta lo delata delante de todos. Él, en vez de hacer creer a todos que está resentida por haberla dejado, se queda sin saber qué decir y la élite social deja de hablarle de nuevo.


Se ve solo, sin sus viejos amigos y sin los que no lo eran de verdad; las mujeres que poco antes se rifaban follárselo ya ni le miran y, en fin, está más repudiado que nunca.


Pero el chico aprende de sus errores, y cuando se acaba enfrentando a un miembro del “grupazo” al que hasta hace pocos días pertenecía, para defender a otro de sus ex-amigos nerd con el que se estaba metiendo, Ronald les da a todos tal lección sobre la amistad y lo estúpido de los grupos sociales que los dividen, que todos acaban dándose besitos y abrazos.


Por supuesto, Cindy acaba dándose cuenta de que Ronnie debe ser valorado por cómo es como persona, al margen de que sea un nerd, y ambos se funden en un beso sobre la cortadora de césped de su -ahora sí-, novio real,ç que avanza cabalgando hacia el horizonte...

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Y fin. Espero que no haya sido demasiado largo, he intentado resumir en lo posible, pero recomiendo tomar un rato en leerlo aunque la hayáis visto, por ponerse en situación.


Bien, yo vi esta película cuando iba a sexto o séptimo de EGB, una edad muy influenciable y en la que aún estamos, por así decirlo, “aspirando” nuestra personalidad. Estamos recogiendo los condicionantes que nos hacen como somos después, ya que en la infancia y adolescencia, todo lo que vivamos, sintamos, veamos u oigamos es muy importante. Como este cine estaba muy en boga, me pregunté si yo también tendría taquilla propia, ceremonia de graduación, y pensaba que todo sería maravilloso en los años venideros, e intensamente dramático (en el buen sentido,lo cuál es medianamente cierto ya que en la adolescencia, como dicen que pasa en la casa de Gran Hermano, todo se magnifica...).


Pero esta película también me hizo creerme una de las mayores patrañas que pudo jamás inventar el cine, y que, como ya he señalado más arriba, aparece al final de la película reflejada en toda su desfachatez: “Lo que importa es el interior”.


Y además, no solo eso, sino que nos insinúa que esa es la llave para encontrar el amor.


Podías ser, por tanto, el mayor perdedor del mundo, que si eres honesto, leal y sincero, al final la chica guapa se enamorará de ti...


Y eso, para un gordito empollón y acomplejado que se identificaba totalmente con el protagonista, era un colchón demasiado mullido como para no acomodarse.





Si esto es vestir bien en los 80, ahora entenderéis el título del blog.






Han pasado muchos años desde que la vi por primera vez y mis relaciones sentimentales han sido varias e intensas (tampoco demasiadas, porque nunca fui un ligón). He salido con tías buenas que no resultaron buenas tías, con chicas majas a las que desprecié por no ser demasiado atractivas (lo cuál me demostró que yo también podía ser superficial y terriblemente cínico, porque les vendía las mismas mentiras o salidas fáciles que a mí tanto me habían dolido en el pasado: “Te quiero como amiga”; “Es que no quiero salir con nadie”; “Eres una persona de puta madre, y te mereces a alguien mejor”... como si a uno cuando dice estas cosas realmente le importase la felicidad de esa persona. Lo que queremos es escurrir el bulto y quedar bien, básicamente).


Y ahora, hablo desde la serenidad que te otorga haber encontrado a la mujer de tu vida y ser tremendamente feliz con ella, desde la distancia temporal que ha curado (o medio curado) antiguas heridas, para decir que... Y UNA MIERDA, LO QUE IMPORTA ES EL INTERIOR Y UNA MIERDA.


Y menos en la adolescencia... Vamos a ser francos: en términos de amor, a esa edad, lo que más nos preocupa es el físico, sobre todo y ante todo; y en la edad adulta, que la otra persona, además de atraernos físicamente (aunque el físico deja de ser tan primordial), nos trate un poco mejor de lo que nos han tratado y sea buena persona. Con eso el hombre suele conformarse; y en el caso de las mujeres hacia nosotros, que tenga la suficiente formalidad e independencia como para poder formar una familia.


Claro que el interior es importante, y más, como digo, cuando van pasando los años y las personas van perdiendo su atractivo de juventud, por lo que ya no le queda más remedio que exigir menos (además de que, como digo, pasan a ser más importantes otros factores que no excluyen en ningún modo la atracción física, siempre necesaria e imprescindible); pero ese rollo de que si eres alguien sin trabajo, dinero, o con alguna tara física importante, va a bastarte con tu bella forma de ser para poder ligarte a la más guapa del pueblo, pues como que Y UNOS COJONES, amigos.


Yo por suerte no tardé mucho tiempo en darme cuenta de todo esto. Me pasé un par de años pensando que el mejor método para conquistar a una mujer es ser idiota, o mejor dicho, que mientras seas buena persona, da igual que seas idiota... Pero hombre, llegar hasta los 14 años aún creyéndose lo que te han vendido las películas, denotaría desde luego un problema de madurez o desorden psicológico de algún tipo (o directamente, que eres gilipollas). Por eso, como me di cuenta, me apunté a un gimnasio, perdí kilos y bueno... seguí sin ligar jajajajja.


No, la verdad es que como digo, por más que me hubiera dedicado a cuidar y sacar lustre a mi personalidad, dudo que hubiera podido tener como novia a cierto pivón allá por los 19 años (la única tía buena con que he salido, no piensen que ahora me voy a poner a fardar y fantasmear), sin un físico cuidado y dieta. Es más, esa mujer me demostró que el camino de la excesiva honestidad y nobleza no siempre es la mejor forma de llegar al corazón de una persona... a juzgar por lo pronto que se aburrió de mí. Y ahora que fue por ser demasiado bueno.


Pero a pesar de todo esto, a pesar de cerciorarme pronto de que ese mensaje de esta y otras películas olía a chamusquina, me costó mucho tiempo que mi subconsciente se limpiara de los estereotipos que este tipo de cine me había inculcado. Realmente nunca lo ha hecho... por eso supongo que seguí siendo buena gente, y así me llevé las hostias que me llevé. A ello seguramente contribuyó que en mi vida se cruzó la literatura trágica del siglo XIX, que aderezó mi personalidad con el tormento necesario para que mi idealismo romántico fuera casi de manual. Y aunque yo ya ví y comprobé que, extrañamente, cuanto más pasaba de una mujer y le hacía ver que no me importaba, más se sentía atraída hacia mí, tenía y tengo bien claro que, si tengo que jugar a ser un tío duro para poder mantener a una tía a mi lado, no quiero a una mujer así cerca.


Claro, que así me llevé las hostias emocionales que me llevé, por tener fé en que todo debía ser distinto con ella. Con ellas.


Pero es que lo cojonudo es que esto también se avisa en la película... se deja caer a modo cómico cierta gran verdad en medio de una gran mentira; porque si bien ser tú mismo no te garantiza el éxito, como intentan transmitirnos, ser un cabrón sin escrúpulos, sí que ayuda, y mucho.





Quien te diga que no se vende, es porque no le has ofrecido lo suficiente.




Porque mirad qué pronto, la manera en que Ronald se aprovecha de la desgracia de Cindy para acercarse a ella le trae buenos resultados, y sobre todo, mirad cómo al empezar a tratarla delante de todos como a una puta mierda, automáticamente hay mujeres que se sienten atraídas por él...


Porque es cierto, amigos. Dejando al margen la exageración de la película, hay personas (tanto hombres como mujeres), que se sienten atraídas o fascinadas por el olor a problemas, y desaparece esa carga erótica cuando los objetivos de sus sueños, esas personas canallas o problemáticas tan idealizadas por esta lógica ilógica del corazón, se muestran más sensibles o enamoradizas de lo que parecían. Quizá para este tipo de gente, simplemente suponga un desafío intentar enamorar o domesticar a alguien inalcanzable y deseado por los demás, y cuando deja de ser inalcanzable o consiguen cambiar a esa persona, pierden el interés. Igual que un niño que desea con fuerza un juguete, y cuando lo tiene y juega un rato, se aburre de él. 


Creo que hay gente para la que sufrir (todo dentro de unos límites, claro), es divertido, o al menos hace la vida menos aburrida, aunque pocas veces lo reconocerán, tanto a los demás como a sí mismos.


Y eso es lo que le pasa a las dos amigas de Cindy, que beben vientos y mojan bragas por Ronnie cuando éste abandona y desprecia a la animadora del modo en que lo hace... ¡ No son estúpidas, son reales! ¡Los personajes más reales de toda la película!


En fin, que para acabar, decir que películas como esta pueden hacer mucho, mucho daño; si no se consumen con prudencia, y son más peligrosas de lo que parecen... Pero la recomiendo; la recomiendo encarecidamente ahora que ya somos todos mayorcitos, y puede hacernos pasar un rato delicioso, bien sea porque la encontremos ingenua, bien porque la vida nos haya enseñado a mirar esta clase de productos que antaño tanto admirábamos, con la suficiencia del que se sabe poseedor de verdades distintas a las que nos intenta vender. O porque nos trae recuerdos simplemente, qué coño...


Aunque a mí, después de todo, la honestidad y sensibilidad que en un principio, muy de joven, pudieron ser solo una pose para intentar gustar -pero que al final se hicieron un hueco en mi carácter, aunque ya he dicho que ni muchos menos soy perfecto, y puedo llegar a ser tan rastrero como cualquiera-, al final me han servido para encontrar a alguien que creía ya solo existente en mis sueños... :)


Porque una de las cosas más tristes que puede pasaros con el tiempo, y haceros sentir como auténticos desgraciados y "cutres", es que el mundo os haga arrepentiros de ser buenos... mi consejo es que nunca dejéis que esto pase, aunque por dentro el odio y la rabia os coman el alma. Simplemente aprended a cubriros las espaldas (nada que no sepa quien ya haga llegado a cierta edad), porque tanto o más asco os daréis a vosotros mismos si tratáis de compensar vuestro anterior exceso de honradez con un exceso de hijoputismo. Eso no sois vosotros.


Todo esto va para los que fueron alguna vez -al menos alguna vez-,  pringis como yo, claro, y hayan sufrido en sus carnes las "recompensas" que la vida suele reservar a los que son demasiado buenos. La mayoría de gente consigue encontrar el equilibrio desde edad más o menos temprana, desde la más tierna infancia, lo cuál les ahorra bastantes problemas de todo tipo.


Y ahora, espero que os pongáis la película y la veáis con los mismos entrañables ojos con que la veo yo.


EDITO: Creo que se me olvidó decir que hace no muchos años se hizo un remake, interpretado por actores de color, en donde podemos ver a la exhuberante Christina Millian como protagonista femenina. Está bastante bien, y la historia es la misma. Se llama "El Amor No Cuesta Nada" (Love Don´t cost A Thing).








viernes, 6 de enero de 2012

TELEVISIÓN: V - ¿La original o el remake? ¿Con cuál quedarse? PARTE I








Cuando escuchamos acerca de posibles remakes de viejas series o películas, la mayoría no podemos evitar ponernos suspicaces. Siempre esperamos que lo nuevo nos defraude... y normalmente suele ser así.

Por eso, cuando supe allá por 2009 que se iba a hacer una nueva versión de la serie V, lo primero que pensé fue: "Estos americanos, como ya no tienen ideas nuevas, se dedican a cargarse las de antaño".

¿Tenía razón esta vez? Veamos...


V (1983), "la buena", para muchos, siempre ha sido una de esas series que uno no se cansa del todo de ver. Si la reponen por TV y te pilla haciendo zapping, normalmente terminas de ver el capítulo -como dicen Fran y Quique en uno de sus podcast, cuando hablan de la película Rocky-.

Los trajes rojos, tan llamativos y carismáticos; las malas malísimas de Diana y Lydia; las ratas, o el aterrador parto extraterrestre, forman parte ya de la cultura popular de nuestros días.


V Y SU CALADO EN LA ESPAÑA DE LOS 80








En nuestro país, esta serie marcó un profundo antes y un después, sobre todo para los niños. 

¿Os acordáis? Cromos de la Tele Indiscreta, juguetes... incluso trajes de Visitante a medida infantil, que los padres más pudientes -o más derrochones- compraban para sus hijos, supongo que con la idea en más de un caso de que su niño fuera envididado por los demás, y así sentirse por encima de los demás padres. El caso es que todos queríamos uno...




En los recreos, cómo no, se jugaba a ser "buenos y lagartos". La cosa iba normalmente así:

-Los molones o más fuertes de la clase, los líderes naturales, se quedaban con el papel de
Donovan y Tyler
. También el de Kyle o Martin, que era el lagarto chulo.

-Alguna chica que aceptábamos en el grupo para la ocasión, era Diana o Lydia (normalmente no se las dejaba jugar con los chicos... Supongo que de suceder hoy, alguna Comisión de Igualdad clausuraría el colegio, como mínimo). Claro que si era guapa, el Donovan de turno intentaba por todos los medios que fuera Julie. Que éramos niños, pero no tontos...

-El resto de chicos y chicas formaban indistintamente el núcleo de secundarios. Estos eran los compañeros de clase que no destacaban para bien ni para mal. Los que mejor caían al mini-Donovan, iban a su bando; y los demás, iban con Diana. También a alguno/a que diese mucha pena porque tenía alguna tara demasiado grande (como por ejemplo minusvalías físicas, o que los niños viesen alguna "diferencia" mental en ellos que inspirase su compasión), se le dejaba ir con los buenos...

-Después, había un puesto reservado al repelente que no caía bien a nadie;  al que jugaba mal al fútbol o al que se dejaba pegar por las niñas. Era el mismo que pronto empezaría a leer libros de El Barco de Vapor y Elige tu Propia Aventura, más adelante se compraría una Mega Drive o Super Nes, y en el instituto, comenzaría a odiar a las mujeres porque las chicas guapas no le valoran por su sensibilidad. 


Como se pueden imaginar, alguien así solo podría ser Willy... y también, un serio candidato a consumir toneladas de antidepresivos cuando fuera mayor.

Ah, y para los listos que piensen, por mis entradas anteriores, que yo ya era por aquél entonces un Willy de la vida, solo os puedo decir una cosa: joderos todos, que yo en esa edad (4 o 5 años) era un completo cabrón que se aliaba con otro canalla (este sigue siendo un hijo de puta hoy en día), y juntos arrasábamos el patio como dos forajidos en bata azul de cuadros y nombre bordado, robando pastelitos a los débiles y las niñas. Si nadie me hubiera metido en la cabeza tonterías como la justicia y distinguir entre el bien y el mal, creo que habría tenido un buen futuro en la política...

Bueno, eso y que un día, el señor Juan M, que era más grande (buen tío, por cierto, espero que le vaya bien que ha pasado momentos duros el hombre), acabó de un tortazo con mi carrera criminal, por intentar quitarle los Phoskitos.






Esto para que os hagáis una idea  los que no lo vivísteis, a través de estos detalles, recuerdos y fotos, de lo que supuso V en aquellos años.


(Para quien le interese,en mi colegio se dejó de jugar a V cuando apareció en nuestras pantallas cierto negro musculoso con miedo a volar, que a su vez era parte de cuatro de los mejores hombres del ejercito americano, que fueron encarcelados por un delito que no habían cometido... Les suena, ¿verdad?).





Por eso, con todo lo que había significado V en nuestra infancia -y teniendo en cuenta que algunas de sus reposiciones de años después me hicieron degustarla más y mejor, al ser más mayor-, cuando vi por primera vez la cara de la nueva Diana -Morena Baccarin-, o al saber que la característica indumentaria de los Visitantes ya no existiría en el remake, comencé a cagarme en todas las muelas de los encargados de la nueva versión...






CALLANDO BOCAS







Y al fín un día empecé a verla, con bastante prejuicio por mi parte. El primer episodio, un poco de decepción, creo recordar... O sea, lo que me esperaba: Los Visitantes no tenían carisma, eran sosos, los cazas extraterrestres parecían polillas... definitivamente pensé que se habían cargado la serie.






Los nuevos Visitantes a mí me dan más miedo: parecen políticos disfrazados de personas.






Pero conforme pasaban los capítulos, me fui encontrando conque estos guionistas no eran tan vagos e inútiles como parecía: una historia muy bien cimentada y adaptada a los tiempos actuales iba tomando forma en la pantalla, día tras día.
 Además, Morena iba poco a poco conquistando el derecho a interpretar su papel, y nos iba cerrando el pico a quienes no creíamos en ella como sucesora de Jane Badler. Es más, creo que ha superado con mucho el trabajo de Badler y se ha revelado como una estupendísima actriz que ha renovado el personaje y lo ha dotado de una dulzura aterradora que la Diana de los 80 no tenía.



La nueva comandante en jefe de los Visitantes se muestra más sibilina y venenosa, es más serpiente que nunca... y aunque en sus dos temporadas no dio tiempo a que estallara la violencia directa entre humanos y alienígenas, la toxicidad diplomática del personaje de Baccanin hace que nadie eche en falta los rayos láser y las persecuciones entre naves.

Pero la serie de 1983 peca, además, de algo en lo que no cae su versión posterior: la ingenuidad. También es cierto que van dirigidas a dos públicos distintos con miedos distintos, pero lo que está claro es que la audiencia del siglo XXI no va a sorprenderse de según qué cosas, y que lo que espantaba o gustaba en los 80, quizás haga reir o aburra al espectador actual.

En la vieja V, los buenos son buenos y los malos son malos. Las posturas están claras, y solo Ham Tyler da un poco de juego en este aspecto.



En 2009, los personajes del bando "bueno" son psicológicamente mucho más realistas, se les pone moralmente contra las cuerdas, y son capaces -como lo seríamos probablemente cualquiera- de traicionar a sus compañeros si de ello depende la vida de algún ser querido.


Todos -terrícolas y Visitantes- actúan de una forma yo creo que muy parecida a como lo harían los seres de uno y otro bando en la vida real. Con la misma astucia, inteligencia, cobardías y valentías. 


La nueva serie se había convertido, por tanto, en algo más adulto debido a una trama  más elaborada, y a unos personajes a veces incómodos desde el punto de vista ético, además de no estar tan focalizada en los efectos especiales y sí en contar una buena historia (la de 1983 también posee un gran argumento cargado de connotaciones interesantes, pero tratada desde una perspectiva un poco más inocua).


Estábamos, en definitiva, ante una de las mejores series de la pasada década...


  Pero V (2009) tiene que competir contra algo demasiado grande: primero está la serie original, que significó un hito en la historia de la TV reciente, y quedó arraigada en el imaginario colectivo de varias generaciones; y después, tiene en su contra algo mucho más fuerte que ambas series juntas, algo irracional que no entiende de buen o mal gusto y que siempre hace que uno de los rivales salte al ring con medio combate perdido...


Sí, cómo no... es la nostalgia.


  Por ello, debemos seguir comparando y continuaré este artículo en una segunda parte (que ya tengo casi terminada, pero he preferido no hacer una entrada demasiado larga ya que me arriesgo a que os de pereza leerla, putos vagos).

miércoles, 4 de enero de 2012

VIDEOJUEGOS: WONDER BOY IN MONSTER LAND (SEGA Master System)



Wonder Boy In Monster Land es un juego que merece estar en este blog tanto por calidad como por sus connotaciones personales. 


Con 12 años o así, me procuró largas horas de diversión. Siempre se lo pedía prestado a un tal Fernan, creo que se llamaba, y me recuerda algunas dulces tardes de sábado en las que mis padres se iban a tomar algo y yo me hacía el rey del salón, tomando completa posesión de la única tele que había (una descacharrada TDR, que debía ser de una marca más conocida que usaba ese nombre para pagar menos impuestos o algo así, nos dijo una vez el técnico, en una de tantas que se estropeó).


Me encantaba el juego por muchas razones: Una es que era idóneo para jugar cuando no querías algo "frenético" como Bubble Bobble o Action Fighter; el juego es muy tranquilito y sosegado en su  desarrollo -que no fácil-, pero principalmente si por algo conseguía engancharme es porque me hacía pensar -como todos los ARPG-, y además me gustaba aprender inglés... 


Así que se puede uno imaginar que alguien así era el blanco de más de una toñeja por parte de sus compañeros de clase jajaja... Porque sí: hasta los 14 años más o menos, yo era el típico nerd de gafitas con el que todos se metían. Luego me volví un poco gentuza yo también, supongo que por supervivencia y porque en el fondo lo llevaba dentro. Es curioso cómo muchos de mis actuales amigos son los que eran los macarras del colegio...




Pero volviendo al tema, es uno de los juegos de mi genial Master System que más me dejaron huella, y tan solo el primero de los muchos que intentaré reseñar. 


Por tanto, qué mejor forma, de celebrar la entrada del nuevo año que dedicando el primer artículo del blog  a un título tan sobresaliente, que si bien no es el primero de una saga tan clásica para los segueros como es Wonder Boy, sí es el que marcó el estilo de juego a seguir por el resto de juegos de la serie.

 Así que señoras y señores, hard-core gamers y casuals, con ustedes...



WONDER BOY IN MONSTER LAND












DATOS TÉCNICOS




AÑO DE SALIDA: 1988

EMPRESA:
Sega/West One, reprogramado por Sega.

GÉNERO:
Plataformas/ARPG

JUGADORES:
1

PANTALLAS:
12





ARGUMENTO




El protagonista de este juego -de nombre Bock Lee Temjin (???), según la wikipedia, pero conocido por sus amigos como "Tom-Tom"-, ya se hizo famoso en los alrededores de Monster Land cuando, para salvar a su novia Tanya, atravesó hectáreas y hectáreas de espesos y peligrosos bosques hasta derrotar a "Evil King", el maligno ser que la secuestró.

Esta hazaña le valió el apodo de "Wonder Boy", con el que su fama traspasó las fronteras del reino y llegó incluso a los oídos de unos programadores japoneses que le dedicaron un videojuego con el mismo nombre.

Pero ahora, tras 11 años de aquellos hechos, algo ha vuelto a suceder... porque un nuevo un misterioso enemigo ha llegado desde algún lejano lugar para asolar Monster Land.

Los tiempos avanzan rápidamente en aquella tierra, y en estos años han aparecido nuevos y revolucionarios inventos de inaudita tecnología como las espadas y las armaduras, que sustituirán a su antigua hacha de piedra, y que le permitirán atacar y defenderse mejor.


Así, todos depositan su confianza en el maravilloso héroe de Monster Land, por lo que el alcalde del pueblo donde habita Tom Tom le dará su primer arma, y también un elixir revitalizante que le ayudará en momentos de gran apuro. Además, si vence al poderoso y lejano enemigo, le ha prometido rebajarle de hipoteca del tronco en el que vive.











Y desde ese instante, comienza la aventura de Tom Tom en un mundo lleno de magia e inspirado en la Edad Media, que los chicos de Sega nos trajeron desde las por aquél entonces prósperas tierras arcade -el juego apareció en los recreativos en 1986-, hasta los humildes pero igualmente hermosos y fértiles 8 bits de la Master System.



GRAFICOS



En este apartado, no podemos decir que WBIML sea ni mucho menos el juego más sorprendente de Master System, ni siquiera para aquellos años (Alex Kidd es dos años más antiguo, y su calidad en este sentido es bastante superior), pero tampoco podemos decir que sea un mal juego. Los escenarios, monstruos y demás cumplen con su función, a pesar de sus colores apagados y lo ortopédico de los movimientos tanto del protagonista como de la mayoría de los enemigos. 

La estética es infantil pero agradable a la vista, y el mundo que se nos dibuja en nuestra pantalla se convierte en algo así como un cómodo refugio en el que pasar un buen rato, tanto para niños como para adultos.






SONIDO

Hay muy poca variedad de piezas musicales, y son bastante cortas, por lo que se repiten hasta la saciedad mientras avanzamos por las fases del juego; pero rara vez llegan a saturarnos los oídos (en parte gracias a que la acción es lo suficientemente inmersiva como para estar demasiado pendientes de la música).

En este juego nacen además algunas de las melodías más reconocibles de la serie, que aparecerán después con mayor o menor asiduidad en títulos posteriores. Por ejemplo, la de la última fase y la del final de juego volverán en Wonder Boy III: The Dragón´s Trap, tmbién de Master System, o Wonder Boy In Monster World de Mega Drive.

Sobre los FX, son bastante buenos, muy bien logrados para una 8 bits. Lo cierto es que en esta saga siempre han sonado muy bien y son muy característicos.



JUGABILIDAD



Otra de las características de WBIML es que es el primero en inaugurar la imaginería medieval infantilizada
que sería tan típica de los Wonder Boy, como ya hemos apuntado más arriba. También se ha comentado que aquí dispondremos por primera vez del amplio catálogo de hechizos, escudos, armas... que serán luego habituales en la mayoría de Wonder Boys.





Esto aumenta tremendamente la jugabilidad, porque deberemos usar sabiamente el dinero que aparece al matar enemigos o escondido en algunos lugares de Monster Land para llegar al final del juego con un legendario arsenal, tan sólo al alcance de los verdaderos héroes.

No será esta la única tarea que requerirá de nuestro cerebro a lo largo de la aventura, ya que si queremos encontrar valiosos objetos que nos facilitarán tremendamente la tarea, tendremos que poner atención a las palabras de algunos habitantes de los pueblos, preguntar en los bares... etc. Incluso algún enemigo deberá ser vencido usando tu memoria o habilidad investigadora, más que con la espada.









La cosa llega al punto de que si no utilizas sabiamente tus recursos podrías llegar a la última fase con nulas posibilidades de acabar el juego. Esto hace que la dificultad dependa más de tu buen juicio que de cualquier otro factor (y también de nuestra destreza plataformera, por supuesto).

 Un serio problema para muchos niños de la época, como ya se ha hablado, eran los textos en inglés
, lo cuál sería casi inaceptable por los jugadores de hoy, pero muy habitual en los videojuegos de los años 80 y 90, hasta finalizar la era 16 bits. Ello nos adiestró mucho en ese idioma a los críos más jugones de entonces, que no nos rendíamos ante escollos de este tipo para poder finalizar un juego. Y a mí, como ya he dicho, me encantaba y encanta ese idioma (me idea era haber estudiado  Filología Inglesa, pero no pudo ser. Quizá algún día...).

Otro pequeño fallo es algo que también se ha dejado caer en las primeras líneas de esta review, y es la escasa movilidad tanto de los monstruos como de Tom Tom. Los saltos son demasiado rígidos, y a veces difíciles de controlar, sobre todo cuando adquirimos los calzados más poderosos, ya que nuestro héroe "derrapa" demasiado.

Esto hace que el control sea no demasiado preciso, pero WBIML no deja por ello de ser tremendamente divertido. Además, es un juego muy rejugable y que no aburre, ya que normalmente, siempre queda algún secreto por descubrir o algo por hacer (dentro de los límites de un juego de la época, claro, que no es un Oblivion).


CONCLUSIÓN

 No puedo dejar de recomendar este título a cualquera que le gusten los ARPG. A falta de un Zelda, y de algún buen juego de rol para Master System como Phantasy Star (que me parece que no llegó a Europa), o Spellcaster (que tampoco sé si pasó por aquí), Wonder Boy era una de nuestras pocas posibilidades de tener algo medio parecido al rol medieval en la Master System.

 Menos mal que entre este título y su sucesor, Wonder Boy III: The Dragon´s Trap -que por supuesto también aparecerá en esta web-, Sega nos regaló dos pedazo de juegos que hacían envidiar bien poco a la competencia en cuanto a ARPGS se refería.

Quizá envidiábamos a una consola como NES en cantidad de juegos de ese tipo... ¡pero gracias a Wonder Boy, no en calidad!




***PUNTUACIÓN: 98/100***


TRUCOS Y CURIOSIDADES


No sé si era cosa de mi copia o del juego en sí, pero en la última fase había un bug que hacía que, si llevabas las botas legendarias, te quedases atascado el final de un pasillo ascendente que tenías que rebasar sobre unas plataformas que iban cambiando de lugar.
Si os ocurre, no sé si había forma de arreglar la partida, yo lo solucioné quedándome en partidas posteriores con las botas de cerámica, es decir, las anteriores en poder a las legendarias.

Este truco yo no lo he probado, y no entiendo muy bien cómo hay que hacerlo, pero pero en gamefaqs pone que, si pones el segundo pad y pulsas pausa 73 veces tras coger la espada de mano del alcalde, sale Wonder Boy de la pantalla a lo The Ring y te corta el cuello...

 No jajaja, es que suena más a leyenda urbana que a otra cosa, pero los que tengáis dos mandos, probadlo y decidnos... porque se supone que cada vez que pulses se te otorgarán 45 piezas de oro.

Traducid vosotros mismos:


"Plug in the second controller amd after you collect the sword on stage one. Press Pause 73 times and each press will give you 45 pieces of gold."

Lo encuentro tan mal redactado y con fallos que no sé cuándo hay que poner el mando y apretar la pausa: si hay que hacerlo todo tras coger la espada, al empezar el juego, o qué. Así que dadle caña y corregimos esto cuando nos lo digáis.


FUENTES




http://en.wikipedia.org/wiki/Wonder_Boy_in_Monster_Land

 

http://www.gamefaqs.com/sms/563500-wonder-boy-in-monster-land/faqs



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Pues nada, espero que os haya gustado la review, que ya publiqué hace unos días en otro lugar. Sé que quizá no es especialmente divertida ni mi prosa tiene el carisma de otros como Viruete, pero es lo que hay. Para la próxima, intentaré hacerlo mejor.




Declaración de intenciones

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Saludos a todos.


Soy el Pesado del Pasado, y me he decidido a crear este blog con dos objetivos principales.


Una es mi necesidad de compartir una parte de mi pasado y mis vivencias, sobre todo, de niñez y adolescencia; o más bien, de tener un lugar donde volcarlos. 
Pero no creáis que intentaré convertir esta web en la enésima página para decir bobadas como que la tele de los 80 era mejor (porque es mentira), o que ya no se hacen videojuegos como los de antes (otra mentira, aunque esta generación esté resultando en mi opinión un poco cutre).
Yo hago esto porque al margen de lo bueno o malo que sea el material sobre el que cimentamos nuestros recuerdos, no dejan de ser nuestros recuerdos.


  Y cuidado, si este blog se llama "nostalgia de mierda" es precisamente porque Internet está lleno de sitios donde mitifican el pasado por sistema. Yo quiero ser más objetivo, y rendir un homenaje a nuestras series, películas, música... y a mis propias anécdotas vitales de antaño, como lo que son: algo que me ha formado como persona, que a veces, cuando los revisas actualmente, cumplen con las expectativas de calidad que tenías de ellas, pero otras veces, mejor se habrían quedado en el recuerdo. También mi nick, Pesado del pasado, es una alusión a esa mitificación.


  Creo que la nostalgia es buena siempre y cuando no nos impida mirar hacia adelante. A veces el pasado es buen refugio para ir de visita cuando las circunstancias del prsente son duras; pero quedarse a vivir en él... no es muy recomendable. Es vivir en un sitio que no nos corresponde, y muchas veces, en una mentira.
 En el pasado podemos encontrar el aliento necesario para continuar luchando cuando las circunstancias son adversas... esa es la idea personal con la que quiero escribir el blog.
Porque como decían los hermanos Walsh en Sensación de Vivir -serie que por supuesto se llevará uno o varios post-, en el último episodio de la primera temporada, llamado "Regreso al Hogar":


-¿De qué nos servirán los recuerdos cuando estemos en Minnessotta con dos metros y medio de nieve?"


-"Nos mantendrán calientes".




Eso es lo que busco: que los recuerdos nos mantengan calientes cuando haga frío... 




Después hay otro propósito en este rincón que estoy creando, y es que los lectores, sobre todo los nacidos en los 70 y primeros 80, se transporten a su propio pasado a través del mío, y pasen un buen rato. Incluso lo ideal sería que se animen a crear sus propios blogs donde desahogarse sin complejos.


Todavía estoy construyendo el blog, así que espero no seáis muy duros con los contínuos cambios que previsiblemente iré metiendo.



En fin, solo queda despedirme y esperar que disfrutéis de este pequeño rincón como si fuera el vuestro.